26 JUL (MEX).- Aunque en su más reciente sencillo «Nos Volvimos Locos» con Guaynaa, Gloria Trevi enseña a coquetear (ligar), la realidad es que en su vida privada nunca había coqueteado hasta que conoció a su esposo.
«Yo creo que con la pandemia la gente ya se le olvidó cómo ligar y con esta canción es como un curso intensivo para que recuerdes cómo se liga».
– A la hora de ligar o coquetear, ¿tú eres de las que se acerca o dejas que se acerquen?
Toda la vida, haz de cuenta que yo nunca había coqueteado con nadie. Yo conocí a una persona que me hizo muchísimo daño cuando yo tenía 15 años, y ya de ahí no conocí a nadie, y yo con él no fue de que yo coqueteara.
«Pero cuando pasa el tiempo, y decido que quiero volver a sentir algo, no me quería enamorar, pero sí quería ser bien ‘perris’, yo quería ser bien ‘cabrona’ y decía ‘¡quiero tener aventuras’!, y decir ‘¡tú, ven ándale, a la cama!, ya, bye, mañana, ya te vi, ya te fuiste, bye, el siguiente’.
«Entonces mi primera aventura fue mi marido (Armando), ¡jajaja! Corte a… boda en la catedral, pero con él sí coqueteé».
– ¿Y cómo coqueteaste esa vez?
Pues simplemente, haz de cuenta que yo estaba todavía estudiando en Harvard de Chihuahua… ¡ah, no es cierto!
«Estaba en El Cerezo, en la cárcel, y él fue a visitarme y después de que me visitó, haz de cuenta que teníamos que hablar por teléfono por una situación de que él había hecho una canción y quería que revisara eso; o sea, él quería cantar, y entonces yo le hablo y le digo mis observaciones de la canción y entonces él por teléfono me dice ‘¡oye, por cierto, estabas muy guapa!’, y yo le dije ‘eso me lo dices porque estás por el teléfono, pero, ¿a que no me lo dices en persona?
«Y que viene y me lo dice en persona, ¡jajaja! Y de ahí haz de cuenta que ya, empezamos así y me enamoré».
Gloria dice que en medio del encierro a su «príncipe», cuya historia de amor podrá conocerse en la bio-serie que ya está próxima a grabarse.
«Me di cuenta de que ese chico estaba haciendo por mí lo que nunca, ningún hombre había hecho; y yo no tenía nada que ofrecerle: estaba privada de mi libertad, tenía un hijo, tenía mi reputación despedazada hasta lo más bajo que se pueda, y él estaba luchando por mí. Y él me decía ‘princesa’, ¡jajaja!, o sea».
Jennifer García/MezcalTV