07 JUL (MEX) .- Angelique Boyer y Sebastián Rulli cumplirán 11 años de romance, por lo que la actriz de origen francés cuenta cómo han logrado mantener un romance estable y sin que los celos afecten su relación, pero acepta que en el medio a veces puede ser complicado.

«Hay que trabajar en el amor propio y entender que las parejas no son propiedad de nadie. Somos seres individuales que vamos a compartir el camino y somos bendecidos de poderlo compartir de esa manera.

«Es difícil en este medio, pero el amor es lo más importante, el respeto y el hecho de ver a nuestras parejas cumplir los sueños es súper valioso».

Angelique da el claquetazo inicial de la telenovela «Doménica Montero», una nueva versión de «La Dueña», en la que compartirá créditos con Marcus Ornellas, Brandon Peniche y Scarlett Gruber. La actriz comparte por qué considera considera un honor poder protagonizarlas a su manera.

«Son proyectos que yo vi con mi mamá, con mi abuela; éramos súper telenoveleras y que hoy en día pueda decir, ‘bueno, yo hice ‘Abismo de Pasión’, que era ‘Cadenas de Amargura’ o ‘Cañaveral’, son historias que me hicieron soñar en ser actriz y hoy en día las puedo hacer a mi manera y es una delicia».

Ha podido mantener los pies en la tierra gracias a su educación, pues no se ha dejado deslumbrar por el éxito.

«La educación que me dieron mis papás, sin duda eso se lo debo a mi mamá y a mi papá. Siempre me enseñaron que todos somos iguales, nunca hicieron una diferencia, sino todo lo contrario, somos exactamente iguales y humanos.

«Ir por la vida vibrando bonito es una efecto ‘boomerang’, entonces, si tú vas positivo atraerás positivo y me gusta esa filosofía».

Angelique sabe bien cómo ha logrado tener una carrera exitosa, con varios roles protagónicos.

«La disciplina, la constancia, el respeto al set, el trabajo en equipo, el respeto a tus compañeros, el respeto a tus compañeras, que tu único rival sea tu propio espejo. No compitas con nadie, no le quites el lugar a nadie, todos tenemos un espacio, todos tenemos un momento, la envidia no sirve de nada, es una pérdida de tiempo.

«La humildad no predicarla, sino ejercerla cada día siendo respetuoso, hasta tener el detalle de colgar la ropa porque (el equipo de) vestuario siempre es el primero en llegar y el último en irse; entonces, considerar el trabajo de los demás porque sin ellos, yo no puedo hacer el mío».

Erika Uribe y Lalo Carrasco/MezcalTV

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